Llegue a casa de madrugada.con dos lágrimas escurriendo por mi rostro,Una por lo que fue,Y otra por lo que nunca será.Conté todos los árboles del parque,Jugué a buscar rostros en las nuves.Y perdí la batalla a la nostalgia,Justo antes de perder el tren del sueño.No me quedó mas que esperar al amanecer.Con una certeza gélida escapandoPor las yemas de mis dedos.La madurez no es otra cosa.Que aprender a vivir con la miseria y preparase para llorar,Por lo que pudo haber sido...Y nunca será.
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